La gente anda cansada despdiendo el tiempo,
que se vayan los días los calores las lluvias o los vientos,
que se pase la vida,
que empiece otro no sé qué
con el milagrito a cuestas de las nuevas brisas.
Pareciera que es el año nuevo
el que trae eso de la prosperidad
tan oído por estos días,
y también el éxito preciado
que desde que nacemos
nos enseñan a perseguir
por donde sea.
Perseguir el éxito cueste lo que cueste.
Éxitos y prosperidad y feliz no sé qué,
se anda deseando la gente
en el colectivo el ascensor la oficina la calle.
La familia chinchinea las copas
y dice que hay q hacerlo mirándose a los ojos
porque sinó además son siete años de mal sexo.
Parece que el buen o mal sexo
también tiene que ver con mirarse en el chin chin a los ojos
y no precisamente con saber mirar.
De saber mirar, nada de nada.
Del detalle, mucho menos.
De la fugacidad de la estrella
o la vida de las mariposas, niente.
Del color del invierno,
de la textura / del interior / del cuerpo /de una mujer,qué?
El éxito está en lo grande,
en los logros importantes :
un ascenso ,una conquista, un bien adquirido.
Entonces la gente despide fracasos,
o éxitos insuficientes y va por más.
Siempre por más.
Haciendo acopio de lo que importa:
cumplir objetivos para luego tener otros, y así.
Mirar hacia dentro cuesta un poco más
y es tan efímero,
que lo celebro lo acaricio
y brindo en silencio
con un amor
que me estalla el cuerpo.