y entonces seremos ilustres
despojadas de miedos
de fantasmas.
No temeremos que nos perforen los ojos
que nos beban la sangre
que nos coman la carne los gusanos
ni las ratas.
Sabremos que nuestras cenizas
estarán allí
acongojadas
pidiendo la limosna de los duendes
de pestañas aladas y sonrisa de plata
Voy a contarte un cuento
que te acaricie el llanto
abrace el sueño
acune el corazón roto
a pedradas.
Voy a frotarte el sexo
para que no olvides
cuando te lleves al fondo
que quedes latiendo y
preguntándote
que habrá sido
de la niña blanca
resucitada
entre tinieblas
lunes, 22 de abril de 2013
domingo, 21 de abril de 2013
un día querré ser cubierta por un manto de alelíes y no habrá más que tu voz que a mí me importe
Como si abriera mi
ventana de niña de ocho años y el agua de lluvia corriera por la
vereda arrastrando la vida de tantos. Con
la fuerza de lo que no puede detenerse, llevándose bebes de pecho perros paredes mujeres árboles
alondras. Y yo impávida, con las lágrimas dentro de los
ojos porque no cabe una gota más .Ni siquiera salada que todo lo cura. Será por
eso que estoy salvada, porque las heridas de adentro las sanan las lágrimas de
sal que mis ojos tragan. Las sillas pierden sus patas los hombres sus piernas
los perros los gatos sus orejas los hijos las tetas de sus madres . Cómo vive un perro o un gato sin orejas? Cómo un
pibe sin su pelota o su oso de peluche cómo una mujer que es madre sin su
hijo. La escena que miro por la ventana es la desolación. La de un hijo que
odia a su madre que le dice que no la quiere que no la besa. Y ella lo mira
tragando palabras ahogando el llanto. Ella lo abraza y él la escupe en la cara
le dice su espanto le muerde los ojos. Los
ojos de la madre sangran a borbotones .El agua se tiñe de rojo y son ríos
bermejos que bañan las costas de la ventana de la niña que fui. Que soy.
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