Estoy soberanamente harta de la comunicación liviana,
horizontal, que no ahonda porque da trabajo,
el trabajo de escuchar al otro,
de comprometerse .
Estoy soberanamente harta de la sordera colectiva ,
de los problemas de motricidad gruesa (no hablemos ya de la fina),
que tienen algunos para sujetar, abrazar, sostener, estar,
ser consistentes. Ser para el otro. Por un rato.Dar.Darse.
Cómo es posible que uno pierda a un ser querido y
amigos llamados cercanos lo saluden a uno por mensaje de texto?
Es el colmo.
Quién ataja cuando uno se desvanece y quiere tirarse a un pozo,
irse ahí nomás con el muerto?
Nadie.
Nadie quiere atajar a nadie.
Hablar livianito, conectar hasta ahí, en la superficie misma,
ni mirarse siquiera que el roce ya incomoda.
No soporto la indiferencia, la anestesia afectiva.
O inventamos algo urgente o estamos perdidos