Ella llegó como todos los domingos,
de visita
breve.
Antes las visitas no eran breves.
Antes la mujer no era pequeña ni arrugada ni necesitaba de todos,
para cada una de sus necesidades fundamentales.
Antes,
ahora sí.
Ella, su nieta llegó de visita breve como todos los domingos.
Pero esta vez no recibió una sonrisa ni unos brazos abiertos.
Sólo una mirada sin brillo que pronto se dirigió al suelo.
Le pregunté qué le pasaba.
-tengo muchos problemas,
siento pudor.
Me dijo.
6 comentarios:
El tiempo acaba con todo.
Que pena.
Besos.
es bueno ese pudor, demuestra que todavía se tiene autoestima.
si se vive mucho en tiempo, se acaba siendo dependiente.
Una triste historia que se repite incansablemente.
Saludos.
Cuánta sinceridad en ese gesto.
Y cuánta ternura!
Alivio poder decir,
alivio contar con alguién que te quiere
y está.
Beso.
sostenerle las manos
mimarle la mirada
abrazarla
lo expresaste de un modo precioso
te abrazo
Como que me dejó con muchas ganas de mas.
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