Pongamos que una nació, creció, hizo todo lo que se suponía que había que hacer, lo correcto (odio decir políticamente correcto).
Pongamos que la vida venía formateada: A,B,C (etc: también odio decir etcétera). Pongamos que dos más dos siempre dio cuatro hasta que un día las cuentas dieron de otro modo y, A,B,C un día se ordenaron de otra manera.
Pongamos que pasaron muchos años y una vida armada. No digamos perfectamente armada porque eso no sería cierto. Pero sí, correctamente llevada, de acuerdo a todas las expectativas devenidas propias en algún momento y sin siquiera haberlas cuestionado. Es que dos más dos es siempre cuatro hasta que una se pregunta por qué.
Entonces ese día, una se encuentra mirando la vida propia como si fuera ajena.
Pongamos que resulta que lo es. La vida tan propia tan propia, es ajena y entonces no tenemos nada que ver con eso que se construyó. O no tenemos que ver en algún sentido muy fundamental, que justamente es preciso ver.
Y entonces, con temor pero decididamente una se dispone a mirar. Asoma. Y ve. Y vive. Y resulta que goza. Que nace por primera vez, que no lo es, pero como si lo fuera.
Resulta que ama de un modo que jamás había sentido y se siente amada en cada centímetro del cuerpo como nunca antes.
Y entonces quiere quedarse, vivirlo hasta la última gota.
Pongamos que se queda.
17 comentarios:
Pongamos que no se tiene que evitar lo que es inevitable.
Cuando -por fin- se sabe, hay que quedarse.
Y no, la vida no es el A, B y C que quieren que sigamos.
Y no siempre dos y dos son cuatro.
Y nadie vivirá por nosotros.
en este fragmento, plasmas algo que yo experimento muchas veces, un extrañamiento que permite una distancia que me acerca a una vivencia de lo cotidiano un poquito más intensa.
Pongamos que me das mucha envidia.
Besos.
Pongamos que la vida es un camino
(odio decir un camino de rosas).
Pongamos que ese camino
había sido el camino, el único.
Que la vida no tenía
versión equivocada,
sólo tenía la correcta.
Y que el camino correcto
conducía a donde
ya sé que no quiero.
(Me ha gustado leer tu post.
Gracias por permitirme hacer el ejercicio de emulación que desea ser una modesta forma de mostrar mi admiración)
La vida no es tan exacta como las matemáticas, por ende siempre deberíamos vernos como ajenos y vivir y sentir plenamente, cambiar los órdenes de la vida, constantemente.
Me gustó mucho el texto con ese dejo filosófico de preguntarnos tantas cosas y no tener respuestas, gracias a quien sea por no tenerlas.
abrazos totales.
Qué es la vida sin esos retazos de felicidad, sea cual fuere el camino que lleve a ellos.
abrazo.
"Dos y dos cuatro no es ya la vida, caballeros, sino el comienzo de la muerte", Dostoievski
y pongamos que nos damos cuenta que la causalidad, la secuencialidad y el orden son formas de coartar la libertad, y que no hay un tiempo para elegir y otro para aguantar las consecuencias de lo elegido.
pongamos que el día siempre es hoy.
pero sobre todo, pongamos que sí, que se queda.
besos
Y ahora ponete las pilas...OK? :-)
Yo hago del supón (viste la palabra?), hago del supón un malabrar, Lobita, un malabar!!!!
y cuándo se siente una vida como alquilada, que no es propia, en la que no quieres quedarte?
yo también te envidio, como Toro
y pongamos que se queda...
(ya el suponerlo, es maravilloso. luego, que corra lo que tiene que correr)
besos, maravilla de mujer.
L.
esta bueno ser amado... si le llega mi comentario cuenteme como le va con eso.
tigre dismayao
Un despertar.
Que bueno quedarse, cuando has despertado.
Saluditos.
meu amor...
tudo e certo
como dois e dois sao cinco.
cinco.
Pero que bien lo dices.
Que bien.
Y con intensidad.
Saludos.
me encanta tu blog, me costó frenar para comentarte :)
te dejo un beso y sigo leyendo
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