y entonces seremos ilustres
despojadas de miedos
de fantasmas.
No temeremos que nos perforen los ojos
que nos beban la sangre
que nos coman la carne los gusanos
ni las ratas.
Sabremos que nuestras cenizas
estarán allí
acongojadas
pidiendo la limosna de los duendes
de pestañas aladas y sonrisa de plata
Voy a contarte un cuento
que te acaricie el llanto
abrace el sueño
acune el corazón roto
a pedradas.
Voy a frotarte el sexo
para que no olvides
cuando te lleves al fondo
que quedes latiendo y
preguntándote
que habrá sido
de la niña blanca
resucitada
entre tinieblas
6 comentarios:
Pero que niña tan preciosa!!!
Las dos últimas estrofas... ay!!!
Beso!
Si... que nos acaricien con cuentos tanta incertidumbre ...
Y las niñas
trotaremos nuestros nombres
deshojando miedos
bosquejadas de olivas
resucitando el sexo
en nuestras manos
ilustres
Ay niña mi niñita!
La niña blanca sonreirá.
Besos.
precioso :)
INSISTO.
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