Hay quien puede irse al monte
o al medio de la montaña
a serse fiel.
A estar sin luz
más que la propia
para no perderse de vista.
A escuchar el silencio
que solo se oye
en ese monte
o en ese medio de la montaña
a la temperatura de la lluvia.
Con poco o casi nada,
que es casi todo.
Solo algunos petates
para avivar el fuego.
Hay quien sabe de alondras
y colores dibujados en la tarde.
Quien olvida la intemperie
porque la deja sobre una cama
y no cabe en la maleta.
La maleta de las pocas cosas.
Las que importan.
Un nombre y un amor.
4 comentarios:
un nombre y un amor...
es todo quizás.
abrazos
Cómo me gusta eso de la luz propia y estar con uno mismo. Lindo Lina.
Me encantó. Un beso
Hay quien puede, y tiene el paraíso en las manos.
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