
embalsamados
que vivan o mueran atrapados en los muros
que no muestren los dientes
que no me espanten la noche.
Hoy voy a mirar el techo para quedarme muda
sin decir palabras que me lleven
a cortarme la lengua
desgarrarme la carne
arañarme los senos.
Hoy voy a mirar el techo para dejar las piernas quietas
amordazadas
a la cama de hierro
Hoy voy a mirar el techo para no mirar hacia dentro
porque dentro duele más cuando me duelo.
Y cuando duelo me doy batallas
feroces
y estropeo lo que brilla
y apago el cielo
y no veo las estrellas ,
no veo ni mi sombra.
Hoy voy a mirar el techo para no verme en el espejo
de la memoria
para no desencajar los ojos
desorbitados
para no quemar mis pestañas en azufre.
Hoy voy a mirar el techo
para ser ciega de mí.
7 comentarios:
Buen viaje Loba Marino, pero sabes?, no hay techo que para ti oculte el cielo, y ahí, querida, estás salvada. Por qué, te preguntarás. Porque marearse en el azul de la noche sólo es de nosotros, los que vemos sogas donde los demás ven muerte.
Las sogas , querido Sarco, las arrojan los seres especiales, que nos salvan de los cucos. A veces las inventamos nosotros mismos.
Es cierto, nosotros estamos salvados. Los monstruos están capturados , nosotros libres.
Mi abrazo
Sin dudas, somos capaces de destrozarnos, hacernos pagar a nosotros mismos, incluso las culpas de otros. Un abrazo.
"el enemigo peor
ese gran saboteador
siempre será uno mismo
y ese miedo a estar mejor..."
Pienso en lo que dice Sarco, y en tu respuesta...
Un abrazo
los monstruos están igual que en el techo, en el suelo.
las cadenas, como las mordazas, a la vuelta de la esquina: hasta aniquilarlas
Abrazo
ciega me he quedado al leerte, bendita ceguera!
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