martes, 30 de octubre de 2012


En el hueco que separa las costillas. Justo en el centro.
Entra en la yema del dedo gordo de la mano izquierda.
El pulgar hacia arriba presionando suave. Ahí. Es un sitio angosto. Estrecho. Donde las lágrimas ajustan cuentas. Donde algo habla con algo. Algo es interpelado hacia dentro.
Luego la conversación o la furia se detienen. Van a detenerse en algún momento. Las gotas recorrerán tres caminos posibles: 1-brotar a borbotones por los ojos sangrantes(esto les sucede a los del llanto fácil o largamente contenido), 2-depositarse en algún lugar del estómago hasta evaporarse  mediante proceso natural o artificial, 3-mearse ( las gotas se mean).
Pero ahora están ahí, en el huequito que cabe en el pulgar de la mano izquierda. Procuro disolverlas con un masaje porque soy ingenua. Esa es la presión suave que mencionaba. Y acompaño el movimiento, de inhalaciones y exhalaciones. Diez veces o también once o doce.
Me sobreviene el mareo propio de los que saben que van a morir la noche y entonces me mantengo en vela. Hace días y noches que me mantengo en vela. Velando.

Caben todas las penas cuando son hondas, como dagas en un cuento de noche buena.
(foto: Man Ray)

5 comentarios:

Darío dijo...

La pena nos mantiene. Apenas dormimos, velamos. Nadie sabe el tiempo de la pena. Un abrazo.

Guantes De Lana dijo...

Excelente texto y ni hablar de la foto. Ahora es bueno mantenerse en vela ante las penas, para saber como actuar, hasta que pasen.

abrazos totales.

Sarco Lange dijo...

Me fumo las lágrimas mientras allí afuera un poeta anciano demuele la noche a golpe de versos.

Un beso C.

Garriga dijo...

bueno lobita
si que es lindo tremendamente lindo
preciosamente
hermosamente
si que me gusta
lobita
y me hace acordar a pizarnik
" los 4 puntos cardinales son 3 el norte y el sur

Carmela dijo...

Y otras, forman lagos internos, donde nadan sirenas...
Un beso, Loba