sábado, 4 de mayo de 2013

Hay quien puede irse al monte
o al medio de la montaña
a serse fiel.
A estar sin luz 
más que la propia
para no perderse de vista.
A escuchar el silencio
que solo se oye
en ese monte
o en ese medio de la montaña
a la temperatura de la lluvia.
Con poco o casi nada,
que es casi todo. 
Solo algunos petates 
para avivar el fuego.
Hay quien sabe de alondras
y colores dibujados en la tarde.
Quien olvida la intemperie
porque la deja sobre una cama
y no cabe en la maleta.
La maleta de las pocas cosas.
Las que importan.
Un nombre y un amor.

4 comentarios:

Lila Biscia dijo...

un nombre y un amor...
es todo quizás.

abrazos

Garriga dijo...

Cómo me gusta eso de la luz propia y estar con uno mismo. Lindo Lina.

fiorella dijo...

Me encantó. Un beso

Darío dijo...

Hay quien puede, y tiene el paraíso en las manos.